En «Legados» de esta semana, aprovechamos el Día del Ciclista para charlar con uno de los másximos referentes del deporte galvense. Martín Huerga, el hombre que hizo de la bicicleta una forma de vida, habla de su carrera, los afectos, y como siempre, nos deja conceptos muy interesantes sobre el deporte y la vida.
Con 54 años y 41 de una trayectoria deportiva aún en vigencia plena, una vida de constancia y dedicación al ciclismo, un bronce mundial y varias consagraciones más sobre su espalda, Martín Huerga es una referencia ineludible al momento de reflexionar sobre el deporte, sus valores y beneficios.
El pasado 5 de diciembre, en ocasión de celebrarse el Día del Ciclista, aprovechamos para hablar de su historia, su presente y su «legado», en una nota al estilo «Desde el Faro».

EL DÍA DEL CICLISTA

"El ciclismo para mí es todos los días y en estas fechas lo que uno hace es recordar a algunos amigos o ex compañeros que ahora no están. Aprovechamos para saludarnos, mandarnos mensajes y fuerzas para seguir"
«EL CICLISMO TIENE COSAS MUY LOCAS»
«Es una pasión y como toda pasión tiene cosas muy atrevidas, muy locas, que por ahí no se entienden, de las prácticas, los esfuerzos. Por ahí se torna divertida, por ahí muy cuesta arriba, pero es lo que me gusta y lo que nos gusta a todos aquellos que hacemos una disciplina deportiva».
«Una de mis mayores locuras fue un viaje al exterior. Muchas veces uno cuando viaja se larga a la aventura. Recuerdo cuando fui al Panamericano de Colombia, solo, porque los recursos eran super limitados, cargadísimo de equipaje, en una época donde no había celulares, ni internet, ni nada. La verdad que tuve mucha suerte y caí justo con personas que me ayudaron mucho, pero recordando las anécdotas de ese viaje, creo que fue algo épico porque me largué sin pensar. Me largué a correr pero faltaban un montón de cosas».
LOS QUE MARCARON EL CAMINO Y LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA
«Hay mucha gente, me olvidaría de alguno si doy nombres. Yo empecé con 13 años, hace 41 que estoy en el ciclismo, y he conocido tantas personas, muchos amigos que me han ayudado. Han pasado desde mi viejo hasta gente que compartió muchos momentos y me ayudó desinteresadamente. Eso lo que tiene este deporte, es una gran familia, y en tantos años, más allá de la práctica y de los específico de esta disciplina, lo que te brinda es esa parte social , de los vínculos que se forman y que uno ahora, ya más grande, le da más importancia».

«La familia es clave en esto. La verdad es que hacen un esfuerzo enorme, de privarse de muchas cosas por acompañarme a una competencia, bancarme que llegue tarde o muchos dias fuera de casa, o los esfuerzos económicos para comprar un material. Prácticamente siento que hacen más esfuerzos ellos que yo, que soy el que hace el deporte. Si no tenes una familia que te acompañe es imposible hacer esto. Por eso les voy a estar siempre agradecido y todos mis logros los comparto con ellos, mi esposa, mi hija, mi viejo en su momento, mi hermano, y muchos amigos a los que considero familia».


EL INICIO: «MI PRIMERA BICI NO TENÍA NI UNA SÓLA PIEZA DE ALUMINIO»
«De muy chiquito se ve que tenía algo ahí, porque di muchas vueltas a la manzana en bicicleta. Apenas aprendí, habré tenido 5 años, no paraba. Hasta que vi una carrera de chicos que se hacía en la Avenida de Mayo, entre Mitre y San Martín, y ahí me picó; ese fue el momento preciso donde me picó el bichito. Empecé en mi casa a molestar hasta que me compraron una bici muy pero muy básica, no tenía ni una sola pieza de aluminio. Con eso empecé. Me acuerdo que fue un día de pleno invierno que me la dieron. Y a las 7 de la mañana, casi en la oescuridad, salía a probar la bici».
SU MEJOR MOMENTO Y LA CONSTANCIA. ¿ALGUNA VEZ FLAQUEÓ?
«Hubo años que no competí. Fueron 6 ó 7 años sin competencias, pero siempre entrenando. Me gusta entrenar, planificar, estudiar sobre el tema, es algo que no me cuesta. Hago cursos. El ciclismo nunca me cansó, simplemente que hubo una época donde el ambiente empezó a no gustarme porque se habían metido en la disciplina, flagelos sociales que, en su momento, me tiraron abajo. Hasta que volví a buscar mi lugar y encontrarlo, en ambientes limpios, con gente muy involucrada y comprometida con el deporte, la salud y todos esos valores que comparto. Así que ahora de nuevo estoy a full, más que antes incluso».
«Hice una muy buena preparación en el 2004 para ir al Mundial 2005 a Manchester. Fui, quizás, con no muchas expectativas pero estaba preparado. Ser medalla de bronce no me lo esperaba pero en cuanto a resultado y estabilidad ese fue mi punto más alto. 20 años después, me doy cuenta que podría haber estado mejor . Hoy, con 54 años, estoy más capacitado, con más experiencia y un nivel tal vez, mayor al de esa época».
UNA VIDA EN DOS RUEDAS: PASIÓN Y OFICIO
«La verdad que no me imagino la vida sin la bicicleta o trabajando de otra cosa. Cuando empezamos, con mi papá nos atendíamos la bici, y fuimos aprendiendo porque no sabíamos nada. En cierta forma fui incorporando el oficio, y cuando llegó el momento de tomar una decisión sobre mi futuo laboral, tenía la opción de dedicarme a un trabajo que estaba haciendo o apuntarle a este negocio. Creo que no lo erré, porque hago y vivo de lo que me gusta. Quizás podría estar mejor económicamente pero es más interesante estar cómodo con lo que uno hace, contento y con tiempo para poder hacer lo que a uno le gusta».





EL LEGADO A LOS MÁS JÓVENES: «NO HAY QUE SER CAMPEÓN DEL MUNDO PARA PODER PRACTICAR UN DEPORTE».
«Me referiría con más puntutalidad a los chicos que no hacen deporte porque aquel que lo hace, bien o mal, lo hace, si tiene condiciones y ganas se va a dedicar a la competición. Pero a quienes no practican ninguna disciplina les aconsejo que lo hagan, que el deporte ayuda en la vida, a tomar a decisiones, a enfrentarse a desafíos, adversidades, frustraciones. El deporte es una escuela paralela y hoy para un chico, con todos los flagelos que nos rodean, las drogas, los juegos y demás, la salida es practicar un deporte».
«No hace falta hacerlo por competición, no hace falta ganar ni llegar a primero, sino adoptar al deporte como una forma de desenvolverse, de buscar la salud integral, y que cuando llegue a los 50 años no le cueste hacer una actividad física. Que no se acuerden tarde porque el deporte los va a ayudar muchísimo».
«Al que esta compitiendo, al que le gusta y tiene desafíos y metas importantes, que sepan que si llegó hasta ahí no hay techo, pero que todo es esfuerzo, todo cuesta, y en definitiva, está en cada uno decidir hasta donde quiere llegar».
«Hoy, el deporte, se ve como algo totalmente triunfalista, donde uno debe salir primero, campeón de todo, y exitoso. La verdad que no es así. Yo pasé por esa, que si no ganaba no servía. Con los años me he dado cuenta que hay que abrirle los ojos a los jóvenes y explicarles que no es así. Que simplemente, cada uno debe hacer lo que sienta y lo que le guste, sin presiones. Todo lo que uno hace debe ser para uno mismo, principalmente para la salud propia. Mi mensaje es ese; no hay que ser campeón del mundo para poder practicar un deporte, esto está abierto para todos, después, el que quiere ir por más , que vaya por más, que seguro va a poder».