A un mes de haber sido reemplazada en la dirección del Hospital local, la Psic. Patricia Ruiz, en una entrevista a fondo con “Desde el Faro” resume sus 10 años de gestión al frente del efector público de salud. Un repaso por sus acciones más importantes, la pandemia, la situación de la salud en Gálvez y cómo se dio su cambio.

“Diez años son dos palabras y a su vez son muchísimas acciones. Fueron 10 años donde estuve no sólo como Directora del Hospital sino además como Coordinadora de la Subregión. Fue una gestión larga, de mucho aprendizaje, y aún después de haberla dejado, sigo aprendiendo porque cuando uno deja algo, no por deseo propio, sino por determinadas circunstancias ajenas a tu propia voluntad, aprendes también”.

Así empezaba a desandar la Psicóloga Patricia Ruiz esta entrevista donde dejó frases y conceptos muy importantes sobre su paso por la dirección del Hospital “Dr. Alfredo Baetti”. Aquí les compartimos algunas de ellas.

EL COMIENZO: “SIGNIFICÓ UN CAMBIO DE PARADIGMA”

Ruiz era Subsecretaria de Salud y Desarrollo Social del Municipio de Gálvez bajo la Intendencia de Mario Fissore (PJ) cuando fue convocada por el Ministro de Salud Miguel Capiello (Socialismo) para hacerse cargo de la Dirección allá por mediados del año 2014.

“Todos los directores sabemos que cuando llegamos a este cargo se trata de una silla prestada, que no es algo definitivo porque es un definición política del Gobierno Provincial de turno, pero a mí me convocó la gestión de Bonfatti siendo que era parte de un gobierno peronista. Luego continué con el Gobierno de Lifschitz y también con el de Perotti, lo que creo que fue una forma de reconocer el trabajo que veníamos haciendo” señala al respecto.

“Haciendo memoria siempre digo que pasé por un montón de ministros (fueron 8 en total) y todos vinieron a Gálvez, a apoyar y respaldar la gestión de nuestro hospital. Si bien yo había salido de un gobierno justicialista, trabajé muy bien con los gobiernos socialistas porque el obetivo de trabajar por la salud de la comunidad está por encima de todo. Lamentablemente con la última Ministra (Silvia Ciancio) no pude hablar. Pedí audiencias pero nunca se me concedió.

Patricia agradeció a todas las personas que confiaron en su figura “en función de que el hospital tiene 87 años y durante 77 de esos años los directores habían sido médicos y varones. O sea, fui la primera directora mujer y psicóloga. Eso significó todo un cambio de paradigma, desde la mirada, desde la organización, desde la gestión misma”.

LA GESTIÓN: “EL GRAN DESAFÍO FUE TRANSFORMARLO EN UN HOSPITAL DE PUERTAS ABIERTAS”

“Siempre me propuse una cosa; hacer un hospital donde me gustaría que mi familia fuera a atenderse, donde se atendiera al otro como a mí me gustaría ser atendida”.

“Al principio me encontré con una institución que, si bien, ya conocía porque trabaja ahí, se notaba la falta de gestión para que la misma cambiara desde lo edilicio, desde el equipamiento y desde las necesidades que tenía el paciente. Teníamos que pensar en un gestión que se agiornara a esas necesidades, y hablo en plural porque a lo largo de estos 10 años, el trabajo fue siempre en equipo, y el mayor ejemplo fue en la pandemia”.

“Para mí, las primeras prioridades eran terminar con el modelo médico-hegemónico, porque tenía que empezarse a ver al paciente como una persona rodeada de determinantes y de causales que podían afectar su vida también, entonces requerían de la asistencia de otros  profesionales, que se los mirara y abordara integral y transversalmente, y para eso todos éramos importantes. Nadie puede operar si la mucama no limpia, si alguien no esterilizaba, si no estaban los medicamentos o el anestesista”.

“Imaginate que yo trabaje en el hospital 30 años y durante los primeros 18 años no conocí la planta alta, porque era un lugar reservado exclusivamente para los médicos. A partir de mi gestión, ese fue un espacio para todos, para los profesionales, los trabajadores no profesionales, y también para los pacientes que podían tener acceso a la dirección ante cualquier inquietud”.

“Cuando llegamos, el hospital tenía una mirada de salud pública destinada a gente de escasos recursos. El gran desafío fue transformarlo en un hospital de puertas abiertas, donde todos los galvenses nos sintiéramos orgullosos del hospital que tenemos y siendo parte del mismo, donde todos tuvieran acceso, sin detenernos en la condición económica, en si tenía o no obra social o si venía caminando, en motito o en camioneta. Todos debían tener igualdad de accesibilidad y equidad en la atención”.

“Algunos estarán de acuerdo con la gestión, otros la criticarán. Yo, de corazón y lejos de cualquier cuestión de soberbia o  altanería, estoy orgullosa de lo que hemos logrado en estos 10 años”.

LOS CAMBIOS REALIZADOS: “TODO LO QUE HICIMOS FUE DE ACUERDO A LO QUE VEÍAMOS QUE NECESITABA LA GENTE”

“Cuando iniciamos la gestión había una guardia que era un solo salón, con falta de muchísimo equipamiento, y que no estaba apta para la demanda y las complejidades que el hospital empezaba a tener. Vimos que la gente necesitaba algo distinto y lo transformamos en una guardia con dos showrooms. Se instaló el oxígeno central en todo el hospital. Ya las enfermeras ni el personal de mantenimiento tienen que andar llevando tubos de oxigeno de un lado para el otro. Pusimos el cardiodesfribilador, DEA, lámparas, o sea, todas las comodidades y el equipamiento como para poder intubar a una persona, estabilizarla y trasladarla en el caso que se necesitara”.

“Se reacondicionó todo el sector de cirugía, y se la equipó con aparatología muy importante Lámpara, equipo de rayos portátil, cajas parascópicas. En el sector de rayos, el aislamiento no estaba bien hecho y se estaba radiando a las personas que estaban en el antequirófano. Fue una inversión grandísima pero muy importante para cuidar tanto a los pacientes como al personal. Los equipos de rayos se digitalizaron generando un gran ahorro en insumos y una modernización importante para el trabajo de los profesionales”.

“La sala de parto tenía todos los techos en muy mal estado, la incubadora ya no andaba, los muebles y las paredes llenos de humedad. No podíamos ofrecerle ese lugar a una mujer que va a atravesar un momento tan hermoso como el de traer una vida al mundo. Se lo readecuó y re amobló completamente, se lo conectó con el antequirófano, se gestionó una de las incubadoras portátiles más modernas que existen, se abasteció de oxígeno central y se empezó a permitir el ingreso de los papás a presenciar el parto, entendiendo la importancia del parto respetado”.

“La internación era en salas largas, sin separación, sin intimidad, donde en una cama tenías a una parturienta, al lado a una persona recién salida de cirugía y al lado un niño. Quisimos empezar a resguardar y respetar la intimidad y la integridad de cada paciente. Por eso se armó, por un lado, la sala de maternidad que adaptamos  y embellecimos bajo todas las comodidades, privacidad  y necesidades que una mamá y su bebé recién nacido  requieren”.

“En un hospital, lamentablemente, conviven la vida y la muerte. Era muy triste ver a tres niños despidiendo a su mamá, llorando, y sin tener un lugar de intimidad tan necesario en ese momento tan difícil. Por eso también armamos la sala de mujeres y la de hombres. Las dividimos en boxes para brindar intimidad, con oxígeno central en cada cama, con camas eléctricas, aires acondicionados frío-calor y baños diferenciados. Renovamos absolutamente todas las camas del hospital”.

“Además creamos una sala de niños, quienes antes la compartían con los hombres, se hizo una nueva sala exclusiva, con televisor, juegos,  y ambientada para ellos”.

“En cuanto a los consultorios, se cambiaron todos. Eran comunes, se iban rellenando con los muebles que sobraban de otro lado. Se amoblaron todos a nuevo, se consiguieron las computadoras, las balanzas, para el consultorio de ecografía se gestionó un nuevo  ecógrafo con tres traductores, muy moderno”.

“La mayor inversión fue en el área de laboratorio para poder pasar de la forma tradicional (manual) a hacerlos computarizados lo que nos permitió realizar mayor cantidad de laboratorios, de manera más rápida y con mayor exactitud”.

“Para el servicio de cardiología se adquirió todo el equipamiento nuevo para realizar ergometrías, y otras tecnologías de avanzada. Lo mismo hicimos en Traumatología y Odontología. Y también abastecimos al hospital de impresoras tipos industrial y fotocopiadora”.

“Incorporamos nuevas espacialidades que eran muy necesarias como Neurología, Dermatología, Neumología y Oftalmología, y en cada una de ellas, además del profesional había que conseguir la aparatología. También lo logramos”.

LA PANDEMIA: “FUE UNA PELÍCULA DE TERROR”

Sin dudas, la pandemia por COVID-19 marcó a fuego la vida de los argentinos, y mucho más aún la de los trabajadores de la salud. Quien fue Directora de nuestro hospital en ese momento, lo recuerda de esta manera;

“En la pandemia fuimos un gran equipo, las personas que integraron el comité se transformaron en mis amigos y me marcaron la vida, porque me acompañaron a fondo en el peor momento que podíamos imaginar”.

“Gálvez fue la tercer ciudad en la provincia con mayor número de casos. Y el trabajo que se hizo, con la ayuda de muchísima gente, fue muy grande como para que la cantidad de fallecidos, aunque suene duro lo que digo, terminaran siendo pocos en comparación de los que se esperaban”.

 “Acá el que fallecía no era un desconocido, era tu panadero, tu almacenero, tu familiar, tu amigo. Y en ese momento sostuvimos muchas manos. Yo, como psicóloga y directora,  podía estar exenta de entrar a internación, pero en ese momento entendí que tenía que entrar, que si el personal se la estaba jugando yo tenía que estar ahí acompañándolos. Aprendí a vestirme, a desvestirme, a sostener las manos de muchas personas y a ser quien despedía a muchas otras, porque no podían sus seres queridos estar ahí en ese momento”.

“Esa es una marca que nos quedó a todos los que estuvimos, porque hubo algunos que eligieron no estar. Creo que con el tiempo, esas marcas, nos pasarán factura”.

“Había estado al frente en una pandemia para la cual nadie estaba preparado y muchos menos Gálvez, que es una ciudad cuyo hospital es de segundo nivel. Lo que vivimos fue una película de terror, pero jamás se nos ocurrió corrernos de nuestra responsabilidad o dejar el hospital. Después de la pandemia  vino el dengue y, en paralelo,  la situación que se dio con la salud privada. Atravesé momentos muy difíciles desde lo institucional y desde lo personal, pero jamás abandoné el hospital. Sacamos fuerzas de Dios, solamente de Dios. Él fue y es mi fortaleza. Hoy, en virtud de lo acontecido, no sé si hice bien o mal”.

“La misma gente con el tiempo demostró que le habíamos cambiando la imagen al Hospital. En la pandemia quedó totalmente demostrado. Toda la sociedad salió a respaldarnos y ayudarnos. Ahí quedó claramente marcado que el hospital había pasado a ser el Hospital de todos”.

LA SALIDA: “ME SENTÍ DESTRATADA”

Tras su reemplazo en la dirección, rol que ha asumido el Dr. Cristian Stettler, la ahora ex Directora también dejó frases destacadas;

“Por todo lo que conté recién, creo que el trato que me merecía era otro. Me sentí destratada, que se me faltó el respeto. Tuve que llamar yo a un funcionaria para saber si me iban a cambiar, porque algo ya intuía, pero nunca se comunicaron conmigo, ni siquiera me llamaron por teléfono, para avisarme que me iban a reemplazar”.

“La respuesta que me dio la funcionaria a la que llamé no fue ni grata ni educada. No pretendo  que me quiera, sino que se trata de respeto por lo que una hizo. Pensé que esa persona,  al ser de Gálvez, tenía más presente lo que una había hecho pero no fue así”.

“Cada uno, en su función y con su almohada, sabe lo que hizo por el hospital o por la comunidad. Hay gente que te acompaña, te tira ideas, apoya, pero también encontras gente que pone trabas. Por suerte son los menos. Gracias a Dios son los menos, y por eso pudimos crecer tanto”.

“Le deseo al nuevo Director lo mejor y estoy a su disposición, porque si a él le va bien, le va a bien a Gálvez. Pero me sentí totalmente destratada”.

LO PENDIENTE DE SU GESTIÓN Y LA SALUD EN GÁLVEZ. “ESTAR CON UN SÓLO ANESTESISTA EN JUGAR A  LA RULETA”

“Tres cosas quedaron pendientes pero cuando se concrete tendré la satisfacción de que se iniciaron en nuestra gestión;.

  • El centro de rehabilitación que un 90% está edificado, totalmente amoblado, con los profesionales destinados y el equipamiento que se requiere.
  • El centro de salud de Barrio Pedroni, para tener un efector en cada punto de la ciudad.
  • La guardia fuera del hospital, porque la actual guardia no está bien ubicada. La persona que llega a una guardia, muchas veces es por una emergencia y entra a través de la sala de espera de los consultorios. Lo correcto sería que la guardia estuviera independiente, con acceso directo  y con todo lo adecuado para estabilizar al paciente”.

“Gálvez tiene que seguir luchando por una sala de terapia intensiva. No puede ser que una ciudad como ésta hoy no cuente con terapia ni pública ni privada. Y también necesita un anestesista. Es preocupante que tengamos un solo analista cubriendo las 24 horas. Es jugar a la ruleta. Si ocurre algún accidente o algo que requiera de un anestesista cuando éste no está disponible, tenemos que encomendarnos a Dios para que esa persona llegue con vida a Santa Fe o Rosario”.

“Celebro que se estén abriendo nuevos espacios privados de salud, con profesionales jóvenes que le están poniendo otra impronta, otra mirada. Les importa la gente y están cubriendo muchos baches que existían. Creo que los galvenses, en poco tiempo más, ya no vamos a tener que viajar a otras ciudades ante algunas situaciones de salud”.

EL MENSAJE FINAL

“Quiero agradecer profundamente a todo el equipo de salud, a todas las instituciones de la ciudad porque absolutamente todas han trabajado con el hospital, a las distintas comisiones de SAMCo, a los funcionarios provinciales y locales que tuvimos. Y Un inmenso gracias a las Damas de Beneficencia, siempre atentas y dispuestas a ayudarnos en las necesidades que teníamos. Y en especial a mi familia y al Señor, a quienes espero no haberles fallado”.

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