Un pueblo que creció al ritmo del tren.
Desde el año 1886, cuando llegaron los primeros vagones y se fundó la Estación Gálvez, hasta la expansión de loteos y barrios, primero en los años 20 y más tarde en los 60, nuestra ciudad fue labrando sus bordes y empujando la ciudad hacia el campo. Lo que empezó como un puñado de casas junto a las vías se transformó en un entramado urbano que hoy supera los 20.000 habitantes. Y aunque el trazado original es historia —con sus manzanas, plazas y calles que llevan nombres de pioneros— nuestra relación con el territorio sigue viva cada vez que discutimos hasta dónde debería llegar el pavimento, la red de agua o el sistema de alumbrado.
Por qué importan los límites
Delimitar con precisión la zona urbana no es sólo dibujar un polígono en un mapa:
- Servicios y equipamiento: definir hasta dónde llega el municipio para garantizar servicios como agua potable, cloacas y recolección de residuos.
- Justicia tributaria: quienes se benefician de mayor infraestructura pagan mas de tasas municipales, y poder hacer un proceso y brindar igualdad de oportunidades para los sectores de la ciudad que hoy no cuentan con infraestructura urbana y por consiguiente pagan menos tasas.
- Planificación sostenible: diseñar calles, usos permitidos (viviendas, comercios, industrias) y espacios verdes para que el crecimiento sea equilibrado y sustentable.
Sin un límite claro, puede haber confusión, familias perjudicadas, incertidumbre inmobiliaria o emprendimientos que quedan sin accesos o normas claras de construcción. Eso genera desigualdad, costos ocultos para todos y atropella nuestro derecho a planificar el crecimiento, que en última instancia redunda en menor calidad de vida para todos los galvenses.
De 2016 a hoy: la hoja de ruta que empezamos

En el 2016, coordiné un estudio exhaustivo de Ordenamiento Territorial para entender y planificar sobre la base de la demografía, el uso del suelo, normativas vigentes y proyección de demanda de servicios. Aquel trabajo puso en evidencia la necesidad de revisar el perímetro urbano y diseñar una estrategia de expansión ordenada. Este proceso me incentivó a involucrarme en la política institucional de mí ciudad.
La Ordenanza 4886 y el mapa que marca el rumbo
En marzo pasado, el Concejo que hoy presido sancionó la Ordenanza 4886, que redefine el perímetro urbano de la ciudad con base en los sectores detallados en su Anexo I. Con ella:
- Se amplían los límites para incorporar el sector al norte de calle Matorras y al sur del canal Crespo, hasta la antigua traza de la Ruta 6.
- Se deja fuera del área urbana al sector ubicado al norte de calle Ballaris.
Este nuevo trazado es la base para orientar los servicios, garantizar equidad tributaria y planificar un crecimiento ordenado. Invita también a pensar nuevos polos de desarrollo cómo por ejemplo espacios verdes y de esparcimiento, un centro de emprendedores,un corredor productivo, nuevas unidades de viviendas.
El diálogo que construye el futuro
La construcción de estos nuevos límites urbanos no fue una decisión cerrada entre técnicos y funcionarios. Al contrario: fue el resultado de un proceso participativo con instituciones, sectores productivos, sociales, educativos y vecinales que se expresaron a través de las Mesas Focales del nuevo Plan de Ordenamiento Territorial.

En esos espacios se identificaron problemáticas y aspiraciones comunes: el acceso equitativo a servicios, la necesidad de suelo urbano con reglas claras, y el deseo de que la ciudad crezca sin repetir errores del pasado. Representantes del sector productivo, como la Cámara de Industrias y cooperativas locales, compartieron sus miradas junto a referentes de clubes, escuelas, centros de salud, asociaciones civiles y vecinales.
El resultado de ese intercambio es una base sólida de consensos, que se traduce en este nuevo perímetro urbano, pensado no sólo para ordenar el presente, sino para habilitar el desarrollo futuro que la comunidad imagina y merece.
Nunca antes en la historia reciente de la municipalidad de Gálvez se escuchó y dio participación a la comunidad como se hizo en esta gestión.
Desde el HCM queremos seguir en este camino de abrir las puertas y escuchar a todos los sectores e instituciones.
Invitación a la comunidad
Esta Ordenanza no es un fin: es un punto de partida. Ahora es nuestro turno: vecinos, emprendedores, cooperadores y funcionarios, todos somos responsables de cuidar que el crecimiento sea ordenado, equitativo y sustentable.
- Si vivís en una de las nuevas manzanas incluidas, acercate para conocer tu zonificación y cómo acceder a nuevos servicios.
- Si tenés un proyecto productivo, consultá cómo encaja en el nuevo perímetro y qué trámites abarca.
- Si querés opinar, hay jornadas públicas de participación antes de reglamentar cada uso de suelo.
Gálvez se construye cada día con el trabajo de cientos de manos y la mirada de cada uno de nosotros. Definir “dónde empieza y termina” no es un detalle de plano: es un acto de justicia y de cómo soñamos nuestra ciudad para nuestras familias.