En “Entrevistas Desde el Faro” hoy te presentamos a César Pala, ciclista galvense, que por segundo año consecutivo correrá la «Gran Fondo de Argentina», pero que previo a ella vivió una experiencia inolvidable en el Tour de France.
En una charla amena con nuestro medio, César nos contó lo vivido en la “Gran Vuelta”, considerado uno de los tres eventos deportivos más relevantes del mundo, luego de los Juegos Olímpicos y el Campeonato Mundial de Fútbol.
Además, habla de su preparación para la carrera del 12 de octubre en Buenos Aires, y el día a día de una pasión que exige mucha constancia, dedicación y disciplina.
Acá te dejamos los momentos más destacados de la entrevista, al estilo “Desde el Faro”;
«EL CICLISMO ES UNA PASIÓN, UN HOBBY, UNA FORMA DE VIDA QUE LLEVA A LA COMPETENCIA»
El domingo 12 de octubre la Ciudad de Buenos Aires abrirá sus puertas a la tercera edición del “Gran Fondo Argentina”, la carrera de ciclismo más esperada por los deportistas de nuestro continente.
El evento ha sido especialmente diseñado para que los ciclistas de todas las edades y condiciones físicas puedan participar y vivir una experiencia inolvidable recorriendo un circuito que les permite pedalear por autopistas cerradas al tránsito, ambientadas al mejor estilo de las grandes competencias internacionales y con la Ciudad de Buenos Aires como telón de fondo.

En la edición 2024, el representante galvense finalizó en el puesto N°32 sobre más de 1000 corredores, y sobre sus expectativas para este año año, nos decía lo siguiente;
«La verdad que esta segunda vez ya lo estoy viviendo más tranquilo, teniendo de base la experiencia del año pasado, la cual fue la primera en ciclismo de ruta y con esa distancia. Venimos mejorando algunas cuestiones de alimentación, de entrenamiento, de calidad, cosas que uno va aprendiendo con el proceso. Es un aprender constante, en el día a día, y salirse un poco de la zona de confort, el hecho de competir, uno vuelve distinto a casa”.

“No me fijo un lugar y demás, sí en hacer una buena carrera, estar con el pelotón de punta y en esta ocasión poder lanzarme alguna ficha al final del sprint, cosa que el año pasado llegué muy justo, me han llevado muy fuerte pero pude soportar y entrar con el pelotón de punta pero no me pude jugar una carta de escaparme en los últimos metros, por lo menos probar a ver si podía llevarme a alguien escapado y tener un mejor resultado. Pero, obviamente, la expectativa es estar nuevamente en el pelotón de punta y más allá del resultado poder llegar con más piernas al final”.
“No es una carrera de calendario profesional, pero estamos hablando de Buenos Aires, una carrera muy importante de rutas, 124 km, hoy cambia un poquito el trazado, pero básicamente sale desde Paseo del Bajo, se va hacia Udaondo, ahí se baja y se vuelve por el carril de enfrente hacia lo que es autopista 25 de Mayo y llegamos hasta la cancha de Vélez y ahí en ese acceso bajamos y volvemos a retomar. Esas son dos vueltas que completan un circuito de 124 km. Mayormente llano, hay alguna cuestión de desniveles, pero son pocos porque solamente la parte de los accesos a los puentes no suma tanto desnivel”.


LA PREPARACIÓN Y EL DÍA A DÍA DE LA DISCIPLINA
“Primero, es un hobby, una descarga a tierra, es volver a conectar, porque la parte linda que tiene el ciclismo es salir, conectar con la naturaleza, ver los paisajes que por ahí serán muy llanos y demás, pero tiene sus encantos pedalear por el campo”.
“Mis entrenamientos más o menos constan de tres salidas semanales, lo que es puramente ciclismo, donde va variando en intensidad, ritmo y cantidad de kms.. Generalmente estoy más o menos en dos salidas semanales de 60 km, a distintos ritmos, puede ser variado en ruta tierra o tierra solamente, generalmente hago mucha ruta y ya los fines de semana son fondos largos de más o menos entre 130 a180 kms. los sábados. En definitiva, la cantidad de kilómetros semanales rondan los 250 promedio».

«Luego están todas las demás cuestiones, que no son menores; el gimnasio, dedicado y específicamente al ciclismo; yoga, que me sirve tanto para el estiramiento como para ir ganado mucho en lo referente a la respiración. En momentos críticos de una carrera he sacado esas herramientas que he aprendido, y me ha dado buenos resultados, porque también me ayuda a tener una posición aerodinámica en la bici, donde uno puede respirar mejor y no colapsar la respiración. La terapia también es importante, pero no en lo deportivo, sino más bien para la vida de uno, aunque también impacta porque uno sigue siendo la misma persona que se sube arriba de una bici, va y trabaja y tiene una familia. Después, lo otro muy importante es la lectura, leo mucho, mucha biografía de ex ciclistas, podcasts y demás. Y en lo que hace a la alimentación no tengo nutricionista. He ido durante estos cinco años que estoy metido en el ciclismo, experimentando que iba sintiendo mi cuerpo y la verdad que sí, me cuido, aunque no recomiendo lo que yo hago, porque cada cuerpo es distinto, y lo que yo hago es porque lo voy adaptando al mío; un ayuno de 12 horas todos los días, un ayuno de 16 horas semanales y después, cuestiones de romper el ayuno con proteínas, una grasa buena, hoy que está tan de moda la palta, la tostada, el huevo y después mucha fruta y verdura. Lo fui haciendo muy paulatinamente”.
“Hoy, por ejemplo, salí temprano a las 5 o 6 y lo hice en ayuno, pero es porque me voy conociendo. Esto me fue llevando años, no es que lo hice de golpe, porque esos cambios son muy bruscos para el cuerpo y no es tan bueno, por eso; tomarlo con pinza y lo mío no es aconsejar, es mi experiencia y lo que me funciona a mi. Me voy adaptando en todo ese proceso, me fui dando cuenta cada vez de toda esa comida chatarra (que me doy los gustos) pero cuando como eso no siento que estoy recibiendo nutrientes, cuando me subo a la bici el hecho de consumir una copita de más de alcohol después se nota, cuando uno está tan fino, sabe cómo se siente a la hora de entrenar».
Para un ciclista poder presencia el Tour de France es lo que a un amante del fútbol poder estar en un Mundial. César pudo vivir esa experienca este año, no sólo de observar la más importante vuelta ciclística del mundo, sino además de recorrer distintos trayectos de la misma. Acá nos cuenta lo vivido…
“Fue algo que hace más o menos dos años ya se me había metido en la cabeza, de ir a ver qué se siente, cuál es la experiencia. No soy muy amante de las multitudes y de espectáculos masivos (se estima que más de 1 millón de personas por día se acercar a observar cada etapa), pero bueno, viéndolo año a año en las carreras, levantándome, viendo las 21 etapas del tour por la tele, me surgió la curiosidad y quería vivirlo, quería saber qué es lo que se siente cuando se sube en esos puertos de montaña tan duros, poder vivenciar qué es todo eso que se sufre y que uno te lo cuenta un periodista por la pantalla”.




“Sinceramente, fue una experiencia fenomenal. Yo había ido a ver la Vuelta a San Juan, donde se ven los corredores mucho más distendidos, y la verdad que ahí están a tope, se ven en un estado de forma increíble, hay mucho hermetismo, la gente la verdad como dicen los españoles es “una locura” porque es mucho fervor; los ves que van a un puerto de montaña 8 o 10 horas antes, las caravanas que 7 días antes ya se estacionan ahí para verlo pasar por 10 segundos, es tan grande esa pasión que quería ir a vivirla”.
“Todo surgió por un conocido de Esperanza que lo había hecho, le fui preguntando y el año pasado era el año que la iba a hacer, pero por el tema de los Juegos Olímpicos, París no iba a ser la etapa final, la verdad que es la primera vez que el tour iba a pasar eso, y yo digo: voy a ir cuando termine en Champs-Élysées y bueno, lo fui a ver el final en París, lo que fue algo extraordinario, al margen de que no está el condimento de la montaña, que es donde se ven los ataques pero es glamour, es una experiencia increíble verlo pasar en una avenida que durante la semana está atestada de autos, con tráfico, y que los autos se mueven a paso de hombre y ahí ves ciclistas pasando a 65 o 70 kilómetros por hora”.

“Lo más lindo de todo fue que al momento que llegan los corredores empezó a llover y fue una experiencia increíble, ni hablar de lo que viví en Hautacam, Tourmalet, Col du Soulor, por nombrar algunos de los puertos de montañas más conocidos, que son básicamente ascenso a montaña, muy tradicionales del Tour de France y que tuve la suerte de poder hacerlos, y eso es algo que siempre destaco, que es uno de los pocos deportes que vos podés entrar a la cancha tres o cuatro horas antes por donde están los profesionales. En un partido de fútbol vos no podés ingresar a la cancha, solamente podés estar en las gradas o en la platea y verlo, pero ahí vos podés darte el gusto, de hacer el recorrido y pasar cuatro horas antes por donde van a pasar ellos”.

“Hay mucha historia, sobre todo mucha historia de corredores, también de lo que es la Segunda Guerra Mundial, porque el Tour de France también ha arrancado hace muchísimos años, esta edición fue la 112°. Ha pasado mucha historia y es lindo conocer eso, esos pueblitos donde lamentablemente se vivió la Segunda Guerra Mundial, no voy a ahondar en eso, pero tiene mucha historia. Cuando vos hablas con la gente o ves algún cartel o ves alguna cuestión, también ves cuestiones de las películas, no solamente tiene la parte emocional de la pasión del ciclismo, sino al que le gusta la historia mucha carga emocional histórica, porque bueno, es una de las civilizaciones más viejas”.